Mi experiencia en Nicaragua

Una de nuestras empleadas de Prophix que fue a Nicaragua para apoyar a Students Offering Support nos ofrece su relato de primera mano sobre esta experiencia que le cambió la vida.

Mi experiencia en Nicaragua

Diez días en un pueblo pobre y remoto de Nicaragua fue una experiencia increíble. Antes de salir de casa, pensé: "Ya he ido de acampada, puedo hacerlo" Pero la experiencia real fue bastante diferente de lo que esperaba. No esperaba no tomar proteínas ni una sola vez en todo un día. Al principio, me enfadé. Pero luego, cuando conocí a la gente y tuve la increíble oportunidad de conocer sus personalidades únicas. Algunos tenían bonitas sonrisas. Algunos eran tímidos. Algunos aprendían rápido. Vi las sencillas tablas de madera que formaban su hogar. Vi cómo comían el mismo arroz que yo. De repente, me sentí fatal. ¿Quién era yo para quejarme de tener que pasar un día sin todos los lujos que daba por sentados en casa? Cómo no iba a vivir así sólo diez días cuando esta gente vivía así toda la vida. Cuando el viaje se acercaba a su fin, intenté reducir mis raciones porque me había enterado de que los organizadores daban la comida sobrante a los habitantes del pueblo. Algunos no tendrían nada que comer si no fuera por estas donaciones. Podía pasar un poco de hambre durante uno o dos días sabiendo que, cuando volviéramos a la ciudad, tendría el privilegio de poder comprar cualquier tipo o cantidad de comida que quisiera. Ahora que he vuelto a casa, aprecio mucho más las comidas diarias que antes daba por sentadas. Estoy agradecida por la variedad saludable que puedo comprar fácilmente en supermercados convenientemente situados. Disfruto de la abundancia de vitaminas y minerales que me mantienen sana. Ahora, cuando alimento mi cuerpo, alimento mi mente y pienso en los que no pueden hacer lo mismo.