¿Puede ver el futuro?

Cada año estalla una pequeña guerra civil en muchas organizaciones de todo el mundo. Hay muchas facciones compitiendo. Ventas, marketing, gestión, finanzas, operaciones. Todos luchan por establecer expectativas que puedan cumplir y conseguir presupuestos con los que puedan trabajar. Aunque el proceso se lleve a cabo con el mejor humor y un mínimo de rencor, no es necesariamente el enfoque más productivo. La planificación, presupuestación y previsión son las áreas de la empresa en las que menos se ha invertido en los últimos años, tanto en procesos como en tecnología y competencias. Los informes de FSN, KPMG y Forrester muestran que la falta de conocimiento de los datos, la continua dependencia de las hojas de cálculo y la comunicación por correo electrónico y la desesperante falta de colaboración entre las funciones empresariales contribuyen a una debilidad fundamental de las capacidades de previsión. En una época de cambios acelerados, esto supone una clara amenaza para el éxito empresarial. Reaccionar a medida que suceden las cosas puede ser sencillamente demasiado lento. Las organizaciones necesitan ver lo que se avecina con antelación y prepararse adecuadamente, adaptando la contratación, las adquisiciones y la inversión en infraestructuras. La única forma de hacerlo es mejorar los procesos básicos de previsión. Introducir más y mejores datos en los modelos. Crear planes flexibles que puedan contrastarse con diferentes escenarios en múltiples dimensiones. Colaborar con más áreas de la empresa para enriquecer y compartir la información. La base de este cambio es una mejora general de los conocimientos sobre datos. Más imaginación. Más capacidad de manipulación. Y mejores herramientas: tecnologías mejoradas para recopilar, procesar, presentar y compartir información. ¿Puede ver el futuro? Puedes si estás bien equipado.